miércoles, 28 de julio de 2010

CUIDEMOS NUESTROS ARTISTAS

"pasan los mecenas, pasan los censores,
pasan los hipócritas y moralistas,
tiempos mejores y tiempos peores,
quedan los artistas"
Enrique Pinti


QUEDAN LOS ARTISTAS

"Artista… Es ese que lleva sobre sus hombros, revoloteando, el sonoro tábano que suele acompañar a quienes valoran la necesidad de expresión y se encargan de formar talentos, de alegrarle en parte la vida a la gente, a la del escenario o a la de la platea, da lo mismo. Personaje éste al que los tipos sensibles llaman, sin temor a equivocarse, "verdadero artista". Uno de esos tantísimos artistas a los que la gente que tiene la sartén por el mango no sabe cuidar.
Esos que algunos vivos dejan archivados en un rinconcito olvidado y los sacan a relucir solamente para “quedar bien” mostrando que a tal o cual lugar estuvo asistiendo gente de la cultura.
Lamentablemente la chatura imperante en muchos de los grandes medios, esos que nos pintan la cara y elevan a niveles desconcertantes la producción de hormonas y otras yerbas olvidan a los artistas.
¿Cuánto hace que no vemos en la televisión argentina a un escritor leyendo un pedacito de su obra... o a un actor de raza dando sus opiniones sobre lo que sucede en este mundo nuestro de cada día?
Porque en esta bendita tierra de los argentinos, parece ser que no es importante el que siembra luces... No es importante quien usa las palabras para reivindicarlas del horror y las miserias...No es importante el que detenta el poder de desentrañar los sentimientos más hermosos del ser humano... El otro poder es el que cuenta, porque hay quienes piensan que las personas son solamente un gran bolsillo o un enorme estómago" Un descomunal malón de ratones girando sin cesar por nuestras livianas cabezas, agregaría yo.
Pero... no hay tiempo para los verdaderos artistas, no hay espacio para ellos.
Pero sin embargo, cuando todo estalla, cuando todo sangra, cuando todo duele, es la voz susurrante del artista la que te hace descubrir que las pequeñas cosas son las que verdaderamente valen, las que pueden darte esa pequeña alegría cotidiana que los grandes tecnócratas ignoran. ¿O acaso sabe más del hombre el mandamás de turno, el yuppie de Wall Street o el súper ministro económico con sabor a nada?
Es el artista el que te señala hacia arriba para que levantes los ojos y descubras que estás vivo, que tenés un cielo para recrear la mirada y un norte al que sin dudas querés llegar.
Es el artista el que alguna vez escribió las frases que usás como lema, los versos que dejabas grabados de adolescente en ese viejo pupitre saturado de letras en una secundaria rosa de recortado estudio.
Son los verdaderos artistas los que trazan o repiten las notas de tu canción favorita, esa que quedó marcada a fuego en tus oídos y que siempre tarareas cuando algo bueno o triste te sucede.
Es ese mismo artista el que te hace reír, el que te conmueve, el que te acepta como sos, el que te invita a adentrarte en vos mismo y a partir de ahí empezar la diaria rutina de ser mejor gente a cada paso y quien logra convencerte de que la vida vale la pena ser vivida.
Porque los artistas te pertenecen. Trabajan para vos. Se nutren de tu afecto, gozan de tu cercanía y se alimentan de tu aplauso.
Por eso, sentí la enorme necesidad de reivindicar a quienes desde la mentira piadosa, desde el mohín de compinche o la sonrisa cómplice, se las rebuscan para componerte las cosas cuando todo te estalla, cuando todo te sangra, cuando todo te duele...
Y eso… Eso no tiene precio…

Con mi afecto sincero a quienes lo son, y los que acompañan desde el cariño a los que lo somos contra viento y marea a veces pagando con nuestra propia vida las condiciones infrahumanas de trabajo, mal dormidos en las rutas para traer un par de mangos que nos permitan vivir sin pedir nada a nadie.
A pesar de ello, jamás ningún mandamás se dará el lujo de decir que alguna vez fuí a pedirle algo, porque me enseñaron de niño, a morir de pié como las águilas en vez de vivir arrastrado y obsecuente como una miserable culebra.
Artistas del mundo entero, mi admiración eterna por elegir el camino de la belleza, aunque no sea rentable ya... LOS AMO!!!!!!!!!!!!"
Ricardo "Tito"Gomez


Tito Gómez nos presta su bella prosa para iniciar esta campaña, o como quieran llamarla, tendiente a preservar a todos aquellos cultores de nuestra música que se encuentran olvidados o desplazados a un segundo plano.
No debemos dejar de acordarnos que ellos son los artífices del resurgimiento del chamamé.
Y allí están ellos en un ignoto pueblo a lo largo de la geografía provincial, pulsando una guitarra o arrancando quejumbrosas notas a la "cordiona", lejos de las luces del escenario, de los aplausos, injustamente relegados por los organizadores de festivales y otros eventos, quienes con sus digitadas "listas de artistas" privan
a estos auténticos chamameceros del reconocimiento público.
Alcemos nuestras voces para que de una vez por todas estos artistas tengan su reivindicación y sean valorados en su justa dimensión.
Y que mejor que los versos de otro grande, el Pai Julián para rendir homenaje a nuestros chamameceros:
"Tal vez por eso te usamos hermano chamamecero,
"negandote ese lugar que es tuyo y que te debemos
"Te aplauden y te ponderan pero quien se tomo el tiempo
"de llegarse hasta tu casa a compartir tus desvelos...?

"Que sabemos de tu vida y que de tus pensamientos...?
"Que le contas a tu vino; que pena, que amor y que sueños...?
"Padre de nuestra alegria, señor del baile, Maestro!
"no se te paga con plata, lo tuyo no tiene precio...!"






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