sábado, 31 de julio de 2010

PARA AGOSTO CAÑA CON RUDA


TRES SORBOS DE CAÑA CON RUDA PARA HACER FRENTE AL DURO AGOSTO

La tradición prácticamente se ha extendido a todo el país, aunque originalmente haya sido alimentada en el noreste argentino, especialmente enraizada en la “República de Corrientes” donde tres tragos (“siete tragos deben ser”, sostienen los más supersticiosos, por no decir “caú”) de caña con ruda no se les niega a nadie el 1° de agosto.
Los más ortodoxos sostienen que la caña con ruda debe beberse en ayunas. El peligro es, claro, marearse. Pero hay una sentencia para tal malestar: "Más vale emborracharse que morirse".
La creencia es que el brebaje sirve para "espantar los males del invierno" ("Julio los prepara y agosto se los lleva", asegura con feo humor negro un dicho popular, refiriéndose a los ancianos y a los enfermos desahuciados) y también para preparar el cuerpo "a los ardores del verano". El "calentamiento" que procura el alcohol, por otro lado, llevaría a la creencia de que el brebaje contribuiría a evitar estados gripales.

El preparado, para combatir lo supuestos males que podrían venir con este mes, se elabora días antes. En la actualidad se ha “modernizado” en sus componentes. Del licor fabricado con chañar, algarroba, patay o tunas, se pasó a la caña (la más popular es la caña paraguaya, aunque los “caté” prefieren el whisky) y el lugar de la “contrayerba” (mezcla de hierbas medicinales) ahora es ocupado por la ruda. El preparado debe estacionarse varios días, para permitir la conjunción de las sustancias que componen el remedio.

Según cronistas de la conquista, en esta época del año (agosto) se producían grandes lluvias, las que, agregando el frío estacional, provocaban enfermedades, algunas epidemiológicas. Muchas aldeas se diezmaban a causas de las pestes. Los nativos encontraron la forma de combatir los males. A través de sus chamanes elaboraron el remedio consistente en mezclar hierbas con licores, del cual debía beberse un trago al comenzar la estación de las lluvias.
La tradición se remonta, al parecer, a los indios guaraníes, que ya habrían reconocido las capacidades medicinales de la ruda macho. Esta planta se utiliza internamente con éxito contra los parásitos y determinados malestares gastrointestinales; usada exteriormente, aseguran que sirve para calmar el ardor e irritación de picaduras de bichos y alimañas.
Por otro lado, según se sostiene, la ruda es también una planta que no debería faltar en ninguna casa, pues la creencia popular la concibe como un verdadero conjuro contra las malas ondas, la envidia ajena y la mala suerte.

Son tradiciones que perduran en el tiempo, haciendo frente a una sociedad cada día más consumista y tecnificada. Todo un ritual, tanto en su preparación como en la ceremonia para su ingestión es una costumbre de “ñande” gente que con seguridad no se perderá como toda otra manifestación de Cultura Popular.

No hay comentarios:

Publicar un comentario