sábado, 3 de julio de 2010

MAS QUE UN RECITAL, UN HOMENAJE



JORGE CAFRUNE
Una vida increíble…. Una muerte injusta
Es que el barbado y querido trovador jujeño tuvo una vida muy intensa.
Es impensable imaginar el frenético galopar desde su nacimiento en la finca “La Matilda” en El Sunchal, Departamento de Perico del Carmen (Prov. De Jujuy), a 27 Kms. de la capital provinciana hasta el aciago 1 de febrero de 1978 en la Ruta 27, de Tigre a Ingeniero Maschwitz, en las cercanías de la calle Tirso de Molina, de la localidad de Benavides, cuando iniciaba una cabalgata a la localidad correntina de Yapeyú, donde perdía la vida, victima de un dudoso accidente de tránsito.
No deja de sorprender pensar que murió con tan solo 40 años.
No es intención de este humilde homenaje historiar su vertiginosa como corta vida, solo resaltar sus valores humanos, su comprometida militancia y el culto que hizo de la amistad.
Quien escribe estas líneas tuvo oportunidad de dimensionar su real valía al departir una larga noche con el “Turco” entre guitarras y vino, en un bar a un costado del Anfiteatro “Manuel A. Ramirez” de Posadas durante el Festival del Litoral que se desarrollara en diciembre de 1966.
Es allí donde me enteré de su proyecto de unir todo el país en la multitudinaria cabalgata “De a caballo por mi Patria”, en Homenaje a Angel Vicente Peñaloza (El Chacho).
Dicha gira le insumió casi dos años (desde agosto de 1967 a fines de 1999)
Debido a la fuerza y a las ideas mencionadas en su repertorio, era considerado un verdadero representante del pueblo (de todos los pueblos oprimidos por la economía y la sociedad consumista). Es por ello, que si bien era masiva y popular su fama, había personas a las que le molestaba su canto y su forma de decir las cosas.
Corría la segunda mitad de la década del ’70 y residente en Madrid, desde donde expendió su arte a todo el viejo continente, a pesar de la realidad política que vivía la Argentina, y habiendo varios artistas similares a él a los que los "habían hecho ir" de su país, Jorge Cafrune volvió a su Patria para cantar lo que todos esperaban escuchar de él.
Tal cosa ocurrió en el reencuentro con su público en la Edición 1978 del Festival de Cosquín, ocasión en que se le solicitó cantara Zamba de mi Esperanza (a la postre prohibida por el Proceso Militar). “Los cantores deben cantar lo que su público pide” expresó, desobedeciendo la censura.
Vida jalonada por infinidad de anécdotas que lo pintaban tal cual era. Alma sensible y bonhomía dentro de una envoltura de ogro barbudo. Entrega total por sus ideales a los que no renunció jamás. Y por sobre todo buen amigo. GRACIAS TURCO POR TODO LO QUE NOS BRINDASTE





1 comentario:

  1. TURCO QUERIDO, JAMAS TE VAMOS A OLVIDAR!! DISTE LO MEJOR DE TU VIDA PARA REPARTIR PATRIA POR EL MUNDO ENTERO!!

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